Hoy me ha ocurrido una cosa muy curiosa que me ha tenido en la luna durante unos minutos. Estaba yo enzarzado con la Revolución Rusa, estudiando los horribles crímenes que se llevaron a cabo en la época de Stalin, observando en lo que había degenerado la idea del socialismo, eso ya lo sabía yo, así que tampoco me he escandalizado mucho. Sin embargo, cuando he terminado con esta revolución, he decidido repasar una vez más el tema del socialismo que el lunes ya tengo el examen, ha sido aquí cuando me he quedado estupefacto.
El socialismo nació hacia los años 1826-1827, se acepta que nació en Gran Bretaña, básicamente como respuesta a las injusticias traídas por el capitalismo industrial, una vez finalizada la Revolución Industrial. Aquí era cuando yo me quedaba anonadado. Había dado un salto de años atrás en mi mente, y veía que el socialismo, que nació para combatir injusticas y entregarse a las causas más desfavorecidas, se había convertido en una auténtica pesadilla, en un verdadero infierno para muchos pueblos. El estalinismo fue y sigue siendo la mayor prostitución a la que ha sido sometida la ideología socialista, por eso abomino de ella totalmente. El nombre del socialismo quedó manchado para siembre, por haber sido utilizado para justificar las locuras de un hombre suceptible y paranoico. La ideología socialista ha podido causar muertes, como la de la familia del Zar Nicolás II, muertes que no son justificables, pero sí entendibles, pues este señor era un tirano del que habría que librarse. Pero la ideología socialista no ha causado muertes a inocentes, no, la muerte a inocentes ha sido causa por perturbados mentales que han visto en el socialismo una escusa para imponer su ley del terror. He aquí la diferencia básica con el fascismo. Mientras que este último pone el acento en el odio y la violencia, el socialismo pone el acento en la bondad del hombre, y la cooperación para el bien común.
Soy socialista, y creo en el socialismo. Creo que la ideología socialista es la más noble de las que existen en la tierra, por lo menos en la teoría. El socialismo es un término ambiguo: hay un socialismo filosófico, otro político, otro económico...
En el terreno filosófico soy socialista al completo. Considero que el hombre es bueno por naturaleza, tengo una visión optimista de la naturaleza. Sí, lo que nos hace egoísta es el contexto social en el que nos desarrollamos y no nuestra naturaleza. Así, creo que el individuo por sí solo no tiene nada que hacer, sino que necesita de los demás para poder desarrollarse en plenitud, somos seres eminentemente sociales.
En lo económico no sé lo que soy. Considero que la propiedad privada lleva al egoísmo, al conflicto de clases, genera desigualdades, y en definitiva es un mal. Pero soy muy escéptico en este tema y no sé cómo resolver el problema de la propiedad privada -si lo supiese no estaría aquí-. Crear un "socialismo de estado" como creó Lenin, nacionalizando las cosas, podría ser una solución, pero la historia ha demostrado que no es demasiado eficiente. Sinceramente me inclino más por conjugar el mercado con la intervención, lo público con lo privado. La historia también ha demostrado que para llegar a los fines del socialismo, la experiencia socialdemócrata ha sido más útil que la comunista soviética.
De momento, y en este mundo, creo en la socialdemocracia, y quizá crea en la socialdemocracia , -siguiendo la filosofía hegeliana- como tesis, para finalmente llegar a esa síntesis, que sea un mundo socialista. Un mundo socialista, sin clases, sin desigualdades, y en libertad ¿por qué no?
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