domingo, 30 de mayo de 2010

Sentimientos.

Cuando Hitler mandaba gasear a cientos de miles de judíos, ¿qué se le pasaba por la cabeza?

¿Es posible afirmar que Hitler careciese de sentimientos? No lo creo. Hay cosas que están en la naturaleza propia de la raza humana, y los sentimientos son una de ella, son inherentes a nosotros, todos tenemos sentimientos. Sentimos alegría cuando nos dan un aprobado, sentimos atracción física por otra persona, sentimos tristeza cuando algún familiar nos abandona para siempre, sentimos amor cuando...bueno realmente no sabemos cuándo sentimos amor, pero lo sentimos.

Hay gente que muestra abiertamente sus sentimientos al mundo, los expresa, los difunde. Y estas personas son felices, por que el que expresa y da a conocer sus sentimientos, puede compartir éstos con los demás, y la acción de compartir sentimientos es una de las preciosidades con las que nos brinda la vida. Pero cuidado, la persona que muestra sus sentimientos da una ventaja al "rival". En el momento que los demás conoces tus sentimientos pueden jugar con ellos, torearlos y machacarlos, y que trocen tus sentimientos es una de las maldades con las que nos castiga la vida.

Por otro lado, hay gente a la que se la califica de fría, gente incapaz de mostrar algún sentimiento, sea mediante alguna palabra, algún gesto, algún hecho. ¿Carecen de sentimientos? La respuesta es contundente; no. Son personas miedosas, tienen miedo a que los demás conozcan sus intenciones, sus sentimientos, porque si conocen tus sentimientos, podrán hacerte daño. Se ponen un caparazón para evitar el sufrimiento. Pero si no muestran sus sentimientos, no podrán disfrutarlos con otras personas, esto es, se estarán perdiendo una de las cosas más bonitas de la vida. Su caparazón les acabará ahogando en un mar de mierda.

Comparte tus sentimientos. Y si algún día te parten la cara, sufrirás, pero aprenderás y te harás más fuerte. Si no los compartes, perderás tu vida en general, no darás oportunidad a que esta se realice.

viernes, 14 de mayo de 2010

No sé muy bien qué relatar.

Parecía una persona sin ninguna sensibilidad. Sin sentimientos. Sus vomitonas le convertían en un descarado, y la provocación era algo intrínseco a él. La humanidad tenía esta visión de él, y lo cierto es que a él le gustaba que se tuviese esa imagen de sí mismo. Algo así como una piedra, un ser inerte, el cual no siente "sino las lluvias, el fuego o las tempestades", como rezaban algunos de sus manuscritos, y a veces inentendibles poemas.

No parece que escribir en general, y lírica en particular, correspondan a una persona que carece de sensibilidad, por eso quizá los guardaba bajo llave, como su mejor tesoro. Aunque lo cierto es que escribir era la única vía de escape que tenía. No existían las lágrimas, no existían las conversaciones profundas, amagos de gritos desesperados, y profundas reflexiones en las páginas de un blog. Al fin y al cabo se sufría por lo que siempre se sufre.

El ser humano carece de felicidad, porque se encuentra encerrado en una contradición inherente a su naturaleza. Es un individuo autónomo, libre, independiente, pero a la vez es un animal eminentemente social, que por más que nos pese a algunos, necesitamos de los demás para todo. Necesitamos a nuestra familia para sentir que pertenecemos a un grupo específico, para sentir protección y amparo. Necesitamos a nuestros colegas para reirnos, para disfrutar, para hacer locuras. Necesitamos a nuestros amigos para hablar, para llorar, para compartir momentos. Necesitamos nuestros líos, para practicar una necesidad biológica como es la del sexo. Y cuando parece que lo tenemos todo, todas las necesidades cubiertas, nos empeñamos en mezclar conceptos, y ahora necesitamos una persona que haga la vez de amigo, de lío, y que, posiblemente en un futuro se acabe conviertiendo en familia, lo que tradicionalmente se convierte en novio, marido. Y ya se cierra el círculo. Es decir, empezamos necesitando a nuestra familia, y nuestro objetivo fundamental en la vida es formar otra. La familia es pues, la triada junta que necesitamos para ser felices: amigo+lio (básicos para ser felices)= novio. Novio evoluciona a marido= familia.

Pero no, no hemos descubierto la fórmula de la felicidad, ni mucho menos.

miércoles, 12 de mayo de 2010

Yo me voy, al Manzanares...

Las personas tenemos muchos sentimientos, muchas pasiones, muchas vivencisas, muchas erxperiencias. Nuestro rostro intenta reflejar, exteriorizar esas emociones. Unas veces abre la boca, dejando entrever nuestros dientes y lo denominamos sonrisa, otra hace salir un líquido transparente y salado de nustros ojos, lo llaman lágrimas.

El fútbol, tan criticado como admirado, despierta en los seres humanos las pasiones más íntimas, las más vehementes. Ayer Madrid se echó a la calle para celebrar, después de catortece años, que el equipo de su ciudad volvía a ganar un título, volvía a ser de los grandes de Europa, Madrid paseaba orgulloso su nombre por toda Europa, por todo el Mundo. Neputno volvía a revivir, en Atocha se diluía la multitud, y decían que hasta La Cibeles se contagió del triunfo del Atlético, del triunfo de Madrid. Benditas fechas estas, en las que no hay mejor que una victoria del equipo madrileño para abrir boca hacia San Isidro, las fiestas de la capital del país.

Y el miércoles que viene, más.

Luchando, ganando, peleas como el mejor...