jueves, 19 de agosto de 2010

Págate una ronda.

¿Es nuestra tentación por las drogas una curiosidad por lo infinito? Desde que el hombre es hombre, siempre ha buscado alterar su conciencia. ¿Alguien se imagina un mundo sin drogas? ¿Por qué -y ojo a esta pregunta- la forma de divertirse de los jóvenes es con esas grandes ingestas de alcohol? Esta es una pregunta que ni siquiera nos cuestionamos. El sábado botellón...¿por qué?

¿Es la vida una verdadera mierda? ¿por qué necesitamos desafiar a nuestro cuerpo con el consumo de drogas?

Ya conoceis mi visión de la vida. La vida, es en sí, algo atroz. Todos, absolutamente todos, somos infelices. Cargamos con unas costumbres, unas creencias, una familia, un nombre, y un modelo de vida absolutamente impuesto. Y apartir de ahí, a luchar. A luchar en el colegio por sacar adelnate las asignaturas, a luchar en el instituto por aprobar, a luchar por ser el mejor, a luchar por conseguir unos buenos amigos, un buen novio quizá. Y después a trabajar, o a la Universidad, para labrarse un futuro que ya viene impuesto. Y mientras remamos y remamos contra lo que viene establecido, la vida nos puede sonprender con muertes, enfermedades, soledades...Pero eso sí, alguna vez, la vida nos sonrié con gratos momentos, momentos de felicidad extrema. Un buen rato con los amigos, un buen polvo con un chico atractivo, una asingaura imposible aprobada, un concierto de Sabina. Pero eso solo son complementos de la vida, que, desde luego la hacen más soportable. Así como los momentos en los que nuestra conciencia está alterada por el consumo de drogas, solo así, un sábado hasta las 7 de la mañana se puede soportar.

Y yo, que le he robado más de mil noches a la luna, y yo que al día siguiente he despertado sin alas, y yo que he desfasado como si no hubiese mañana. Una copa de gin-tonic, y otra, y otra, y otra, y otra y otra, y después lo que quiera venir, en mi casa no hay nada prohibido. Que no me cierren el bar de la esquina, la discoteca de Chueca, por que allí, ya no me acuerdo de si tengo marido, de si estudio una carrera, o de si es verano o invierno. Copas, risas, excesos.

Y tan transgresor como siempre, sabiendo y queriendo que nunca pasas desapercibido, y que pese a estar hecho para ir victoria tras victoria, estas se convierten en derrota tras derrota. Un mar de lágrimas los domingos, un mar de risas los sábados.
Cuando alcance la victoria, quizá, el mundo se apague. ¡Que el mundo se mueva!

Y si pide un trago, tú le invitas a cien, que yo los pago.

jueves, 5 de agosto de 2010

Si estás más solo que la una...

La espera: un dulce amargo,
una sardina sabor caramelo
¿por qué?
Por que ella la impregnas tú,
tus olvidos y silencios.
Nada tan insoportable como el sonido del
silencio.
Silencio. ¿lo escuchas?
Dulce canto de soledad.

Soledad, anegada con presencias,
presencias masculinas, masculinas,
que partirán con la luz del alba,
con el frío de la ducha.

El olvido se olvida en
oscuros placenteros, donde
almas depredadoras
huyen del olvido, que no les quiere
olvidar.

FG

"Donde habite el olvido
en los vastos jardines sin aurora"