jueves, 31 de diciembre de 2009

Creo en mis tonterías...

El éxito se apoderaba de mí, o yo de él, en forma de comienzo brillante en el terreno académico. Sabía dedicarme a lo que me gustaba, se me daba bien, disfrutaba y los resultados del rendimiento eran gratamente óptimos.

El éxito se apoderó de mí, o yo de él, en el terreno personal, que, indudablemente, va unido al terreno político. He repetido una y mil veces, que si tengo que hacer que los cerdos vuelen lo hago. No yo por mí mismo, evidentemente, pero sí poniendo mi pequeño granito de arena para que pueda suceder. En febrero de 2009 viví una de las experiencias personales más gratificantes de toda mi vida, de la que me llevo, por supuesto, esa gran hazaña que se consiguió, pero también la huella imborrable de mis compañeros, las risas, las miradas, los despropósitos, los "caramelos", y un sin fin de buenos recuerdos.
La semanas posteriores, y la vuelta a la universidad fue verdaderamente dura, pero no me iba resignar, y de nuevo, en el terreno académico di el callo y cumpli de manera notable con lo que se me exigía.

Este buen hacer en mis tareas universitarias, me dejó tiempo para involucrarme de nuevo en la batalla política, de la que esta vez no se salió tan bien parado, pero mereció la pena, claro que mereció la pena, por un sin fin de momentos, conversaciones, canciones...

Mi organismo sufrió los excesos de un verano verdaderamente apasionante, no en amor, pero sí en alcohol, fiesta, desfase, que se vio rematado por una lluviosa Feria que acabó por devolverme al sitio donde siempre fui feliz. El cuatrimestre empezaba, el año real volvía a dar comienzo. Comienzo de desvaríos, locuras, noches solitarias en retiros mojados, tardes oscuras de lágrimas que cantan, risas empapadas en ginebra, rostros que aparecen, y desaparecen. Cimientos de construcción para un buen año 2010.
Este es nuestro año, porque te lo mereces, porque nos lo merecemos.

"Donde habite el olvido
En los vastos jardines sin aurora"

...para hacer tu risa estallar

sábado, 19 de diciembre de 2009

Rumbo donde nadie sabe.

Por las sórdidas calles de Madrid se reencontraba él a sí mismo, viendo como, desde una taberna dos hombre brindaban con vino. Horas después, uno de ellos yacería en el frío suelo de la capital castellana, aunque no es frío lo que este hombre, de nariz puntiaguda, barba de días, y un mugriento chaquetón marrón, sufriría. El olor a cloaca anunciaba que Andrés estaba entrando en el metro, rumbo al antro alcoholizado, de subidas y bajadas, manos que se mueven alborotadas, conversaciones carentes de sentido, y plagadas de mentiras. Al entar a la estación, solo el olor a vómito superaba ese olor a aguas revueltas con toneladas de basura. Ni siquiera la pestilencia de la ginebra que Andrés llevaba en las venas podía disimular aquella escena, algo dantesca.
No, desde luego el alchol no lo podía disimular, aunque realmente no le importaba ese desagradable olor, pues este solo llamó su atención durante un primer segundo. Por la cabeza de Andrés rondaban pensamientos tormentosos, que, bien superados en aquella noche, se cruzaban por la calle en el momento menos oportuno, en el lugar más inadecuado.

Andrés se conformaba con solo ver sus reflejos, con solo saber que seguía vivo, ni siquiera pedía que le estrujase entre sus brazos y desapareciera ante él, no, no pedía recibir sus besos, para que después le pudiese escribir los mejores versos. No pedía hacer el amor con él, para que sus cuerpos se fundiesen, alma con alma, y fuesen solo uno. Uno, otro más de tantos. De tantos amores escupidos, de tantos amores insultados, de tantos prejuicios infundados. No, él no pedía nada de eso, se conformaba con miseras migas de pan, porque su corazón solo entendía de dolor.

Cuando la ginebra dejaba de correr por las venas de Andrés, y las cuatro de la tarde marcaban la hora de despertarse, a éste solo le quedaba escribir, escribr, o leer.

Si el hombre pudiera decir lo que ama,
si el hombre pudiera levantar su amor por el cielo
como una nube en la luz;
si como muros que se derrumban,
para saludar la verdad erguida en medio,
pudiera derrumbar su cuerpo,
dejando sólo la verdad de su amor,
la verdad de sí mismo,
que no se llama gloria, fortuna o ambición,
sino amor o deseo,
yo sería aquel que imaginaba;
aquel que con su lengua, sus ojos y sus manos
proclama ante los hombres la verdad ignorada,
la verdad de su amor verdadero.

Libertad no conozco sino la libertad de estar preso en alguien
cuyo nombre no puedo oír sin escalofrío;
alguien por quien me olvido de esta existencia mezquina
por quien el día y la noche son para mí lo que quiera,
y mi cuerpo y espíritu flotan en su cuerpo y espíritu
como leños perdidos que el mar anega o levanta
libremente, con la libertad del amor,
la única libertad que me exalta,
la única libertad por que muero.

Tú justificas mi existencia:
si no te conozco, no he vivido;
si muero sin conocerte, no muero, porque no he vivido.

-Luis Cernuda-

martes, 8 de diciembre de 2009

Si yo camino solo...Sí, yo camino solo.

La luz tenue entraba por las rendijas de la ventana, ayer decidió no bajar del todo la persiana, porque cuando lo hace, la habitación queda totalmente a oscuras, como si estuviese en el fondo de una gran alcantarilla, y es lo que solía hacer habitualmente, para olvidarse de todo cuanto te rodea, se decía él. Pero hoy era diferente, eran las doce y Andrés se tenía que levantar, le costaba bastante porque para él eso era madrugar, acostumbrado a levantarse no antes de las tres. En la cama Andrés pensaba que hoy merecía la pena pegarse ese "madrugón", así que, después de que una serie de pensamientos le atormentasen la cabeza, decidió, diez minutos pasado el medio día, levantarse. Andrés se puso las zapatillas de estar por casa, que descansaban en una alfombra sucia de color granate, después apagó la radio, con la que acostumbraba a dormir, y la que situaba en un taburete, ya que no tenía mesilla. La habitación estaba como ayer, la estanteria a su izquierda, y el armario al principio.

Al girar hacia a la izquierda, cae lentamente agua caliente, que, por lo menos, logra quitar el frío que guardaba aquel cuarto de baño después de estar toda una noche solitario, aunque al salir, la calefacción no ha podido borrar aún la huella de esa soledad. Mientras tanto, una cuchilla rebana los pelos faciales de Andrés que piensa en él, y en el hoy.

Andrés abre el armario de su habitación, que ya se está ventilando. Camisa blanca con rayas finitas verticales y de color azul marino, unos vaqueros nuevos, calcetines negros -de los de ejecutivo- jersey de lana azul cielo, cinturón de piel, y por supuesto, los cuellos de la camisa por dentro del jersey, como siempre le han gustado. Y para combatir el frío castellano, un abrigo negro, que destaca por su elegancia.

Al salir de su casa, le invade y le rodea el cuello ese frío tan característico del lugar donde se encuentra, menos mal que pronto coge el tren que le llevará a su destino. Allí, se apoya en la puerta del tren que nunca se abre, pues no hay andén para desembarcar, allí, mientras la música de sus auriculares retumba en sus oídos, se acuerda de sus miserias y de sus fracasos. Algo extraño le llama la atención en el tren, Andrés se queda mirando fijamente a una persona, ésta, parece quedarse mirando a Andrés, ambos mantienen la mirada durante unos segundos, pero, avergonzados la bajan. A Andrés le espera un día duro por Madrid, pero sabe que al volver a su casa, nada será como antes.

miércoles, 2 de diciembre de 2009

Buenas noticias para homosexuales y transexuales.

El cardenal mexicano y presidente emérito del Consejo Pontificio para los operadores sanitarios del Vaticano, un tal Javier Lozano Barragán, ha asegurado textualmente que "los homosexuales y transexuales no entrarán en el Reino de los Cielos", el prelado, ha asegurado que esto no lo dice él, sino el mismisimo San Pablo. Además ha asegurado que "no se nace gay, sino qu esta condición es fruto de varias causas, entre las que destaca la educación".

Inmensa alegría se han debido de llevar los homosexuales y los transexuales cuando les han asegurado, por enésima vez, que no entrarán en el "Reino de los Cielos". El Reino de los Cielos es ese magnífico lugar donde los que cumplen con la fe católica marchan, una vez que han cumplido aquí su función. Si analizamos el comportamiento de la iglesia católica -más bien jerarquía- a lo largo de la historia, podemos comprobar quién ha ido y quién no ha ido al cielo. Francisco Franco era llevado bajo palio por los clérigos de nuestro país, y se le considero el salvador nacional, por lo tanto, reposa en el cielo. La Iglesia daba sin ninguno reparo la comunión a Pinochet, por lo que Pinochet irá al Reino de los Cielos. Y así con adorables personas que seguían el evangelio de Jesús como Mussolini, o el croata Pavelic, el potugués Salazar o el dominicano Leónidas. Todos ellos cercanos y amparados por los jerarcas católicos, y que por tanto descansan ya en el Reino de los Cielos.
Por no hablar de los inquisidores, estos además ocupan un lugar predilecto en el Reino de los Cielos, pues sus persecuciones, torturas, violanciones y asesinatos a los infieles es un prueba irrefutable de su fe en Cristo. ¡Ah, que la iglesia pidió perdón por La Inquisición! Entonces ¿qué han hecho con los inquisidores? ¿los bajaron del cielo al infierno cuando pidieron perdón? ¿estarán en el Limbo tal vez...?

A día de hoy, y en nuestro país, está claro las personas que van a ir al cielo. Hombres y mujeres católicos, de misa semanal, heterosexuales, anti-abortistas, que no usen el preservativo, y que por supuesto voten al PP, o a partidos más a la derecha que este. Pues sabiendo las personas que van al cielo, imaginemos como es este. El Reino de los Cielos, debe ser algo parecido a un sitio donde reina la intolerancia, y la falta de respeto, donde la doble moral es la predominanate, y tras la bondad y esa moral se esconde la maldad personalizada. Por no hablar del aburrimiento, o el "monaguillismo"
El infierno sin embargo debe ser un sitio atestado de maricones, putas, lesbianas, pro-abortistas, gente que usa el preservativo, y todo aquel que no comulgue con las tesis e ideologias más reaccionarias. El infierno será pues un sitio donde predomina el respeto a tod@s, la dignidad humana.

Vuestro cielo, queridos jerarcas católicos, se ha convertido en un verdadero infierno, sin embargo, vuestro infierno se ha convertido en un auténtico cielo, y encima te puedes poner moreno con las llamas, nunca tendrás frío, y ¡joder lo que puedes ligar!

La duda que me corrompe es si el "Reino de los Cielos" estará lejos del "Paraíso" de los musulmanes, lo mismo algún buen católico coge el desvío equivocado y acaba rodeado de moros. O lo mismo, Dios y Alá, han llegado a un acuerdo bilateral y han puesto trasnporte público para por ejemplo, los matrimonios donde uno fuese musulmán y otro cristiano, y así se puedan ver de ven en cuando. Todo son misterios...

Nos hemos vuelto a echar unas risas a costa de estos mequetrefes, que en pleno siglo XXI quieren seguir haciéndonos creer que una paloma dejó embarazada a una mujer. Claro, con el negocio que tienen montado, ¡cualquiera!
Yo mañana me voy a inventar que un rinoceronte dejó embarazada a una culebra, y de ahí nació un ser que lo envió alguien que nadie ha visto, y nadie ha comprobado si existe, para hacernos libres. Espero que me sigan miles de almas perdidas y tristes y en mi nueva religión encuentren ese refugio y ese vacio existencial inherente al humano. ¡Eso sí, a colaborar económicamente! que si no no tengo para yates, cominolas y mis disfraces para pastor de este nuevo invento.

¡Que estamos en el siglo XXI, copón!