lunes, 16 de marzo de 2009

"Teoría política del socialismo".

El socialismo hunde sus raíces en los movimientos sociales y en las aspiraciones políticas más nobles de la sociedad.

El socialismo no debe ser calificado solo por lo que es o ha sido en un momento dado y en un país determinado de una manera estricta y formaizada, sino por sus potencialidades de transformación del orden social, utilizando las políticas públicas para avanzar en una dirección de mayor equidad social, mejor distribución de la riqueza, mayores oportunidades educativas y culturales para todos, más satisfactoria y gratificante realización del trabajo, mejor calidad de vida, más seguridad ante las incertidumbres de la vida, mayor corresponsabilización social y política.

Lo más defnitorio del socialismo es la capacidad para hacer avanzar a la sociedad en na perspectiva de progreso histórico orientada a lograr cada vez mayor y más efectiva librtad e igualdad social, política y económica.
La evidencia histórica ha demostrado que para progresar en esta línea hasta ahora ha resultado más fructífera, y más firme y estable, la experiencia socialdemócrata plasmada en el desarrollo del "Estado del Bienestar", que la experiencia comunista totalitaria. Por ello no creo que debamos hacer una lectura pesimista de la aparente paradja que supone, como recordaba Harrington, qe hasta ahora "una de las principales consecuencias del movimiento socialista no ha sido el socialismo, sino un capitalismo más humano, racional e inteligente, normalmente -apostillará Harrington- a pesar de los capitalistas. En realidad este capitalismo transformado, o esa trasnformación del capitalismo, ejemplifica el éxito del socialismo.

El socialismo debe conjugar armónicamente el papel del Estado con el papel del Mercado.


Este texto pertenece a Jose Félix Tezanos.Introducción. Los orígenes del socialismo. Editorial Sistema. Madrid.

viernes, 13 de marzo de 2009

Donde habite el olvido

Donde habite el olvido.

Ese era el verso en una poesía del romántico de Bécquer, luego con posterioridad el maestro sevillano Luis Cernuda publicaría un libro con ese mismo verso: "Donde habite el olvido".

¿Y dónde habita el olvido?