Ayer tuve la suerte de encontrarme en el Canal de Historia, con un documental inglés sobre las Brigadas Internacionales, en concreto con los ciudadanos/as ingleses/as e irlandeses/as que habían viajado a España a luchar por la democracia y la libertad.
El testimonio de los brigadistas me conmovió. Gente jove, que nada o muy poco sabía de España, que no tenía ni idea de castellano y que realmente no les afectaba mucho lo que aquí pasase. Pero esos jóvenes entendieron, como después se ha demostrado, que la Guerra Civil española fue la primera batalla de la Segunda Guerra Mundial. Que el fascismo quería apropiarse a golpe de cañonazo lo que no había podido ganar en las urnas. Hasta Gran Bretaña no llegaban ni la mitad de las atrocidades que los generales faciosos y traidores estaban cometiendo con el pueblo español, y la solidaridad apareció. Creo que hoy resulta imposible que la experiencia de los brigadistas se vuelva a repetir. Jóvenes que perdieron su vida, o que fueron para siempre heridos, en una tierra que no era suya, y en una lucha, que, en principio, tampoco lo era. Solidaridad, con mayúsculas, la solidaridad que solo entiende la gente de izquierdas, los ideales de construir un mundo mejor a golpe de rifle del siglo XIX, y en burro, frente a la maquinaria bélica nazi y fascista que arrasaba España solo para mostrar su potencia.
Gracias, gracias por venir, gracias por luchar aquí. Y más de un albaceteño, porque aquí en Albacete vosotros, brigadistas tenías vuestra sede, vuestro cuartel, porque todo brigadista, ruso, checo, inglés, austríaco, convivió con la gente de Albacete, vivió en mi ciudad unos meses, y como decían los ancianos brigadiostas en el documental: "Albacete, nunca se nos olvidará, todo el mundo debe conocer Albacete".
Gracias, sois héroes.
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