miércoles, 22 de abril de 2009

Historia e historias

El otro día me dio por echar la vista atrás, y la verdad es que resultó bastante curioso lo que vi. Si a día de hoy la mayoría de los jóvenes optamos por emborracharnos cada finde semana, con el propósito de pasarlo bien y desconectar de la rutinaria semanal, podemos decir que años atrás la situación era bien distinta. Yo decidí hacer un viaje al pasado, que por cierto me costó muy barato ¡claro, acostumbrado a los precios abusivos de la renfe! Pero dejemos mi manía a la renfe para centrarnos en ese viaje al pasado. En este viaje, me interesé sobre todo por los jóvenes socialistas, así que fui allí donde podía encontrarlos y los encontré. Mi sorpresa he de deciros que fue mayúscula, vi a jóvenes entusiasmados, vi a jóvenes idealistas, vi a jóvenes dispuestos a morir por defender las ideas socialistas, ideas que no eran otras que las de defender al trabajador que vivía en la miseria, a la mujer que era la última mierda, y en general, como siempre nos ha caracterizado a los socialistas, por la defensa de los más débiles. Entonces os preguntareis ¿y por qué tu sorpresa fue mayúscula? Cuando los jóvenes de las JSE salieron de ese pequeño espacio donde discutían a voces las ideas para mejor la condición de los más desfavorecidos, se dirigieron a una taberna de la época, yo que les acompañaba aunque pasase indvertido, me dije a mí mismo ¡ale, después de discutir, a las cañicas! Tampoco nos diferenciamos tanto los jóvenes socialistas actuales de los de antaño me decía a mis adentros. Craso error, mi estupefacción crecía cuando mis ojos contemplaban aquella escena. Los jóvenes socialistas no habían ido "de cañas", habían ido a intentar cerrar la taberna, y a echar de allí a los que se emborachaban plácidamente. ¿Por qué? Los jóvenes de izquierdas pensaban que las tabernas eran lugares de amodorramiento. El que está en la taberna, no está pendiente de los problemas reales que nos afectan a todos. La taberna era el lugar perfecto para los poderosos que abusaban de los más débiles, que atontados empinaban el codo.

Pues sí, algo ha cambiado, ahora los jóvenes socialistas no vamos en masa intentando cerrar tabernas, pero sí que debemos sacar a los jóvenes actuales de "las tabernas del siglo XXI". Véase la televisión o el propio internet. Si no lo hacemos, nuestra lucha estará perdida.

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