Ni todos los católicos son malos, ni todos los laicos/ateos/agnósticos son santos -que ironía eh-. Y a partir de aquí:
Gente, gente que viene a aprovechar unas vacaciones en España llamados por no sé qué fe, gente que no se da cuenta, o sí, de que son herramientas del poder eclesiástico para imponer su moral y dar una muestra de poder vomitiva.
Gente, gente que se rebela contra esa visita y ese poder histórico, gente española, que ha visto como esa maldita Institución ha arruinado y maltratado históricamente este país. Los últimos en abolir la Inquisición, los primeros en alabar el fusilamiento y destrucción del régimen democrático de la II República bautizándolo como "Santa Cruzada", así como de llevar bajo palio al sanguinario y enterrarlo en templo sagrado. Los curas mandaban aplaudir cuando, acabada la "cruzada", los cuerpos de los republicanos caían abatidos por el plomo nacional católico -testimonio de mi abuelo-
Gente encontrada, la España del cincel que nace, y la España de alpargata que bosteza y embiste, y en medio, el Gobierno. El gobierno socialista, amparando a sus detractores bajo el yugo de la violencia estatal y apaleando a sus potenciales aliados bajo ese mismo yugo insoportable.
Y hoy, asesinan a Federico, y hoy Azaña sigue en Francia. Vergüenza de ser español.
España, no nos mereces.
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