jueves, 11 de marzo de 2010

Jueves, 11 de Marzo de 2004.

Como cada día a mis 14 años de vida, me levanto a las 8.00 para ir al instituto. Como siempre, la radio con la que el día anterior me acosté sigue encendida, como cada mañana Iñaki Gabilondo está dando las noticias. Todavía entre sueños escucho que ha habido una explosión en un tren, para mis adentros me digo "ya están los de ETA dando por culo, y asustando". Sin darle más importancia, me dirigo al instituto. Estoy en 3 de la ESO y comento con mis compañeros que si han escuchado algo de una explosión en un tren, aunque casi nadie se ha enterado de nada, ni han puesto la tele, y, ni mucho menos, han esuchado la radio, con 14 años, quizá el raro era yo.
En esa primera hora, el profesor me pide que cumpla con mis funciones de delegado, y me dice que baje a hacer unas fotocopias, serían las 9.30. En reprografía pido las fotocopias, y me percato de que Iñaki Gabilondo tiene una voz de preocupación severa, por lo que me desata la curiosidad y le pregunto al bedel ¿ha pasado algo grave? a lo que me responde: "una explosión, 15 muertos." La elevada cantidad de fallecidos me dejó helado, sin poder pronunciar palabra. Mientras, otros bedeles comentaban el impacto que iba a tener la interrupción de ETA en la campaña elecotral.

Al subir a clase, le digo a mi compañero de pupitre; "se han cargado a 15", pero se creen que me lo estoy inventando. En el descanso de la primera clase, los profesores se percatan de la magnitud del hecho, y los alumnos parece que también. El director del centro decide suspender las clases en el recreo, y cuando salimos a este, miles de papeles en blanco forran las paredes del instituto con un lema: "No terrorismo".
Comento con mis compañeros de clase lo asesinos que son los de ETA, y lo poquito que tienen que durar. Seguidamente nos dirigimos a la Plaza del Altozano donde se ha convocado una manifestación estudiantil, somos miles de jóvenes los que invadimos la calzada y aunamos las voces para decir que ya basta, que no más sufrimientos, y que tenemos derecho a vivir en paz. No hay gritos contra nadie, tampoco contra ETA, solo a favor de la PAZ.

Llego a mi casa y mi madre está haciendo la comida, sin dar crédito a lo que había pasado en su ciudad. De la comida recuerdo el silencio, los ojos perdidos en la televisión, y el tragar saliva de vez en cuando. Al terminar de comer yo anduve perdido entre mi habitación, el salón, la cocina, no sabía muy bien que hacer, pero no podía estarme quieto. Al llegar mi madre del café me pregunta: ¿qué piensas? Mi madre sabe que a pesar de mi corta edad, siempre me he interesado por los asuntos políticos, y estaba viviendo a mis 14 años, la campaña electoral que se celebraba de forma apasionada. Yo no sabía muy bien qué responder, y ella atajó con un ¿quién crees que ha sido? La charla del café con sus amigas no podía haber tratado otro tema que no fuese la tremenda masacre, incluyendo un nuevo asunto que iba a dar mucho que hablar, la autoría. Yo le dije que todos pensábamos en ETA, pero que no acababa de parecerme todo un poco extraño. Mi madre, directa como siempre, me espetó: no ha sido ETA, de eso estoy segura.

La cena fue como la comida, silencio. Y la hora de acostarse fue más silenciosa que nunca, solo interrumpida por la radio. Mi último pensamiento antes de dormirme es: el Rey en su discurso no ha nombrado a ETA en ningún momento, mi madre va a llevar razón.

1 comentario:

  1. Quién lea esto, y no sea capaz de derramar una sola lágrima... no tiene corazón.

    Sabes llegar a lo más profundo de la gente, es algo que te caracteriza. Llegarás muy lejos, pero un consejo de amiga, más que de compañera, no dejes que nadie decida por tí, no dejes que nadie influya en tus decisiones, no dejes que nadie te cambie.

    Te quiero mucho =) y gracias por todo lo que a diario haces por mi.

    María.

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